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23 marzo 2024

(₸X) MI DISOCIADO SER (Versos de orate)


“CANTE JONDO”

PRIMERA PARTE. Lento.

Ni sí, ni no.
Ni no, ni sí.
Pienso. ¡Leches!.
Clase. Curso.

¿Sí o no?.
¿No o sí?.

Oh, no, no.

SEGUNDA PARTE. Allegro.

Te comprendo.
No ..., si te comprendo.
Sí ...No, si te comprendo.

No te entiendo.
No te comprendo.
Ni me entiendes
ni comprendes.

Nueve, ocho, siete ...

Sí, te comprendo.
No me entiendes.
No te comprendo.
Ni me entiendes
ni te entiendo.

Cero, un, dos, tres ...

TERCERA PARTE. Vivaccio.

Ja, ja, ja y ja
¡Ingenuo!. Psssss.
Nada: ¡mierda!.

Ja, ja, ja ...
Sinceridad. Ja.
Tonto, ingenuo.

Adiós. Psssss.
Nada. No. Fin. Auuu.
( Suena una sirena )

Barcelona. Mayo de 1972

Ilustración de Augusto E. López Calvo

RISA SIN SENTIDO

Me río de mi existir.
Me río de mi llorar.
Me río de mi risa
y de mis actos.

Me río de mi sufrir
de mi falsedad
y de mis penas.
Me río de mi soledad
y su medicina.
Me río del amor
de calambres y flechazos.
Me río de mi dolor
de mi gozar.

Me río de la amistad
de la ambición
la avaricia y la riqueza.
Me río de la posesión.
Me río de la ciencia
la memoria e inteligencia.
Me río de los mandones
de gimnastas y ligones.

Me río del dinero
de todo el oro y la plata
del hipócrita y del sincero
del afeitado y del barbas.
Me río del mundo entero.

Me río de la prensa
del abanico de ilustres damas.
Me río del mundo entero
Me río de feas y guapas
del pueblerino y del fino.

Me río del gobierno
y sus ciudadanos sumisos
de colonias y de imperios
de oligarcas y fascistas.
Me río del desdentado
de psiquiatras y dentistas.

De hastío me río.
Me río de todo.
Me río más que nada de mí mismo
pues razones para reír no tengo.

Me río pues ya no quiero
-tal vez sea que no puedo-
ni sufrir, ni gozar
ni olvidar, ni morir
ni amar, ni del todo saber
ni enfermar, ni sentir
ni tan siquiera creer.
Ya no puedo ni odiar.
Sí puedo fumar y beber
como solución al absurdo
de mi risa sin sentido.

Me muero de tanto y tan poco vivir.

Barcelona. Mayo de 1972


DESIDERATUM

Hasta hoy, hasta aquí
me siento derrotado.

Abrazado con triste asco
al vacío absoluto
sólo dormito de tedio
y acaricio la rutina
entre las múltiples cadenas
con las que la ciudad te ahoga
cruel y deshumanizada.

Se trata de romper
ese telón de asfixia
mientras me juro consciencia
ante mi abatido espíritu
en la elegida oscuridad
de este cuarto
en sí mismo oscuro.

He de vencer. Venceré.
Los malos tragos
que ahora sorbo compulsivo
me hacen sentir hombre sabio
capacitado para ocupar
sin ser ocupado.

16-4-1977.
Cualquier final así
vale oro.


CANCIÓN, POEMA O CUENTO

Era una noche muy estrellada.
Las hormigas parecían caminar
parsimoniosas
entre las blancas sábanas.
Y yo meditaba:
naturalmente te quiero”.

Todo es así.
Puedo entenderme bien
pues todo transcurre más rápido
que el bolígrafo que muevo.

No había dado cuerda al reloj
y ya era un cinco de febrero
entre brumas y parpadeos.

La cordura lucía en mí
como lucen los colores
en las fauces oscuras
de la noche remendada.

Tendría que darle cuerda
al agrio despertador
porque mañana era día
de pasos, voces y hacienda
de pasillos, vino y senos
recién plácidos
con caricias neurasténicas.

Las cábalas dominaban
al fin vencía.


MITAD DULCE

Cuando rompa el círculo
que me ciñe
cual metal candente
surgirá el poema
mitad dulce.

La tarde oscura
ofuscaba el delirio
en la comunidad
y la sensualidad
seguía derrotada.

No puedo hablar
no puedo hablar
me llamarían ... desterrado.

El sol se masturbaba
oculto tras las nubes
y sobre el pavimento
tachonado de genitales activos ...
¡¡¡Corten!!!.

Lo intentaré de otra forma:
Ven a mis brazos
dulce esposa
que el susurro de tus labios
yo ocultaré con los míos
que tus deseos
no saldrán de nuestra alcoba
por ahora.

( 1976. REVISADA EN BCN, OCT.-2002 )


PODER Y CIENCIA

Perdonad mi atrevimiento
aunque no soy pedante.
Veréis:
El lecho ardiente
derrite la noche
más tediosa y oscura.

Breves serán los días
hasta la eterna aurora
y el número de mejillas
-concreto, pero oculto-
será siempre el rubor
de fábricas o capillas
de muchedumbres amorradas
a tradiciones burdas
y costumbres alienantes.

Los ruidos informes
serán mitificados
y elevados a Siervos Santos
por Gracia de una Década Histórica
inmensamente “así”.

Las oscuras cuevas
penetrarán -ya penetran-
en el punzante día
tan juguetón y sabio
como también ridículo.

Las puertas de mil cerrojos
caerán humilladas
sobre borladas colchas
perfumadas
para la ceremonia
PODER Y CIENCIA.

Sigamos hasta descubrir
la dimensión 13.
Suerte, amigos, suerte.

Ahora sufriréis lo último
el fin de lo sufrible
pues si buscáis bajo estas letras
encontraréis la clave
de químicas cósmicas
para bajar del....
o subir al.....
room” del placer dionisíaco.

Adelante el vino
el cordero asado
y senos a destajo.

( 1976. REVISADA EN OCTUBRE DEL 2002 )
Los versos diantres del Diantre Malaquías

18 marzo 2024

UNA SOCIEDAD COPRÓFAGA


          

UNA SOCIEDAD COPRÓFAGA

El origen: Una dinámica electoral filosectaria

Avanzaba el siglo XXI y en las sociedades occidentales, de modo particular en la española, iba instaurándose un pernicioso dinamismo favorecido por un progresismo idiota y causante principal del efecto llamada hacia movimientos migratorios descontrolados, detrás de los cuales se ha ocultado a menudo un pútrido interés por captar nuevos votantes de mirada torva e implacable dios; en un caso, y en el otro exprimir el muy lucrativo e inmediato negocio con la mercancía redimida a buen precio.

Durante un tiempo las elecciones en estos países resultaban ser un festín de brillantes electores, con paga partidista o sin ella, qué más daba; pero todos beodos de alegría  por encumbrar ahí arriba a tan ejemplares y entregados políticos (de quienes habremos de estar al corriente de sus domicilios cuando aparquen la política para protegerlos de previsibles agresiones por parte de tantos fachas como dejó el franquismo), ante el enorme esfuerzo humanitario y caritativo realizado por ellos para redimir a medio mundo, paralelo abajo o meridiano a diestra (con perdón). 
Pobres incautos sin paga asignada aun ejerciendo de 'algo' en política (voluntarios les llaman), cuán inmensa responsabilidad asumís con vuestro voto a políticos no sólo de moral desalmada, sino también y en no pocos casos de cerebro espongiforme, o sea bobos profundos, cuyo único mérito es tener tripas -más que estómago- a prueba de reactor nuclear averiado.

Esa dinámica electoral filosectaria está en el origen y es el germen de una sociedad envuelta en mierda y en trance de tragarla a espuertas ante el abultado nivel comprometido en diversos y abominables lances políticos que están transformando un país hasta hoy decente en hediondo y vomitivo. Y tal es la peste emanada del muladar que allá donde los políticos meten la mano con intención de arreglar 'algo', acaban metiendo la pata para empeorarlo a niveles difíciles de reconducir por cauces de una deseable normalidad, hasta alcanzar el remoto límite donde ya no es posible ni lo 'peorable'. Se tome entonces por donde se tome y se coja por donde se coja, este país huele y mucho a mierda, mierda.

La abundancia de heces y excrementos se han multiplicado hasta casi llegar a desbordar el muladar y para aliviarlo pretenden con engaños forzarnos a comer de él, como a los niños cuando se les endilga una medicina acética como la aspirina. Es así cómo esta dinámica de voto nos ha ido llevando a una sociedad coprófaga en la que, a excepción de quienes viven de la política y sobre todo de quienes se aprovechan de ella (sociópatas de tomo y lomo, antes que inteligentes); los demás nos vemos obligados a comer la mierda depuesta (cagada, vamos) por esa ingente cantidad de votantes comemierdas, los cuales no sacan ningún provecho material con su voto pero sí nos llevan al resto a tragar con la ración pertinente, por las malas o las peores.
En demasiados casos (como para darles credibilidad intelectual y moral a estos tipos), el sentido de estas votaciones han tenido la única, mezquina e ínfima perspectiva de obstaculizar el voto a los que han dado en calificar como extrema derecha (Dios, cuánto fascismo  y olor a mierda rezuman ellos y sin enterarse).

Así pues es a la confusión de esas supuestas mentes privilegiadas dedicadas a la política (a saber qué tienen en la calavera) y a los que votan determinadas opciones presuntamente solidarias y redentoras de la humanidad, en teoría de los nuestros, en un ejercicio no se sabe muy bien si de cinismo, intereses oscuros (de unos pocos) o estolidez tan desmesurada que resulta difícil de entender hasta por los más dotados; a quienes debemos estar fomentando la credibilidad en un mundo infame  contrario a todos los principios de libertad y racionalidad de occidente que se nos viene encima sin remedio. En nada Alá será el más grande por doquier y esta sociedad nuestra irá a la ruina si no reacciona pronto. Esas madrugadas sagradas instituidas para el sacrificio llegarán cargadas de previsibles degüellosimpíos yacentes en barcas repletas de cabezas decapitadas sobre ríos de sangrecual religiosa ofrenda a un solo dios verdadero. Éste será el milagro santo y seña de la única religión lícita y permitida en ese mundo de tinieblas que está a punto de caer sobre nosotros. 

Los adictos a la secta, saquen o no provecho material de militar en ella y como si se tratara del “silencio de los borregos”, tragarán mentiras oceánicas, nos mentirán con ellas también a los demás y hasta nos sodomizarán, militantes incluidos les venga o no en gana y contra su gusto en la mayoría de quienes no militen. En fin, no hay tregua a los extraños e indigeribles derroteros por los que nos meten y someten, según dicte el jefe y guía, configurándose una sociedad tan apestosa como imposible es creer en su existencia de no padecerlo en chichas propias. 
 
La razón demolida

En alguna parte leí sobre la “argentinización” de España; esto es, lo que sucede donde se haga cuanto se haga y como se haga siempre saldrán elegidos los mismos y ocurre cuando se votan ideologías antes que ideas, reflejo descorazonador de la acechante “sectarización invasora.
Nuestra sociedad ha entrado en una fase de  implantación forzada de lo "woke", mejor expresado “bodoque” o filosofía vital de mentes hueras, con la implacable censura de cuanto no cuadra con su visión y la persecución de lo políticamente incorrecto. Vamos  camino de la prohibición del pensamiento libre, la imposición del modelo manipulado de ciencia, el señalamiento para instaurar la ausencia de reacción por parte del pueblo avasallado y burlado hasta la iniquidad; frente a atropellos como impuestos desorbitados con la patética excusa del cambio climático y las nuevas tendencias en alimentación, respecto a lo cual hasta intentan hacernos creer que los pedos de las vacas son ponzoña para el planeta. Qué barbaridad y qué barbarismo de mundo. Y ellos sí, ellos pueden comer de todo, en tanto a nosotros nos cuelan como supuestas delicias y productos respetuosos con el clima ágapes de gusanos, dádiva de Billy Puertas. Es a estos monstruos dedicados a los negocios y/o a la política a quienes debiéramos adscribir de modo irrenunciable a la obligada presunción de culpabilidad para ejercer cualquier cargo, así sea sólo asomo de algo público. 
 
Y mientras nos predican respeto por el planeta, se multiplican los teclados con las letras borradas y han de sustituirse tres veces al año, patinetes asesinos difíciles de borrar de la faz de la tierra, artefactos diversos y abundantes, todos -llegado el caso- necesitados de un consumo excepcional de energía para reciclarlos, los cuales dicen haberse inventado para cuidar la salud del planeta y atajar la crisis climática (como ahora la llaman), eso sin entrar a detallar el consumo de combustibles fósiles en sus aviones particulares con los que hasta al baño van si les da la ventolera. Campesinos a quienes obligan a vender el ganado, viéndose después en la obligación de abonar con estiércol comprado porque sin ganado ya no tienen quien lo genere de modo natural y por mucho compost que haya podido almacenarse nunca llegará para un pleno y eficaz estercolado. Ganaderos que por la ley de bienestar animal han debido encarecer sus productos en el mercado de las carnes diversas y lo seguirán haciendo. 

¿Pero todavía hay quien no se haya dado cuenta de a dónde pretenden llevarnos?. ¿O tal vez no será éste el cansino tema con el cual persigan domarnos y llevarnos a su terreno como ovejitas luceras?.
Ministerios inútiles como el de "igual da" que tanto da, cuyo único oficio es ocuparse en multiplicar géneros, sexos, especies de chufla, rechufla y cuchufleta, además de  fomentar el sexo cambiante en cerebros  menguantes. Su grotesca existencia no ha pasado de tomar decisiones, una tras otra a cuál más estrafalaria, para troncharse uno de risa en dos mitades (claro, con la gente que lo  ha ido poblando pues no puede ser para menos). De la mayor parte de sus pobladores podría decirse  lo de "aquellos polvos que debieron ser abortos, con toda la pinta de haber llegado al mundo por vía incorrectal; esto es, incorrecta por rectal" y -miren por dónde- hoy nos gobiernan, mundo cruel.
Es una intolerable verdad el señalamiento y apartamiento del distinto, por más que éste doble en lucidez a quienes lo tilden de fascista y me lo enrolen así por las bravas como miembro de la panfascista extrema derecha; ignominia con la que los señaladores sí cargan a espuertas y ni se enteran porque no saben ni escribir fascista, sólo lo berrean. Ellos sí son auténticos fascistas. No hay ni creo que haya habido más beodos de pensamiento único e ignorantes hasta la saturación que esa turba de grotescos e irrisorios manifestantes en apoyo de Hamás, qué hilarante. Angelitos de Alá éstos e imbéciles que no sabios aquéllos sus corifeos y sus lacayos.

Otro negocio cuando menos oscuro es el de los vividores con patera propia, financiada por el estado en la declaración de la Renta, y las ONG’s nido de traficantes de negros o asimilables, más inmorales unos y otros que los habidos en pasados siglos, embarcando en el reparto del negocio gente por tramos, hasta el punto tal de haber construido una industria infame nada altruista como pretenden colarnos. Cuando en el resto de Europa empiezan a poner cupos de extranjeros y no sólo los países de Visegrado, en España entran  por arrobas  y sin control alguno, convirtiendo a quien ose ir temprano a comprar el pan las madrugadas del domingo en un auténtico desafío a peligros reales, momentos de los cuales yo alguna vez ya tuve experiencias de escalofrío, frente a esos bárbaros desatados acometiendo con todo lo que se cruzara en su camino y con cualquiera que les recriminase (o no) -qué osadía- sus comportamientos. No es caer en el error ni en el engaño reafirmar el acechante peligro cierto en los países con políticas blandas sobre estos viajantes sin escrúpulos, tan escasos de éstos como tienen sus transportadores e incluso menos, que ya es decir. 

La prensa toda, la escrita, la hablada y la visionada que esputa tonterías a granel, muy en particular sobre ese mundo de bacterias, virus y análogos, todo según dicta la ciencia (¿qué ciencia?) y nos predican los expertos, de haberlos en algún rincón del rigor más bien ausente. El campo de la prensa lo constituyen además muchos y variados temas sobre los que se lanzan con un riguroso furor 'cientifista' (o así) pues, como ya se sabe, el periodista es aquel personaje que escribe sobre todo sin saber nada sobre nada. Y vaya con la escandalosa implicación babosa en la que se 'refolcigaron' con la 'plandemia', qué partidismo más ruin e interesado (la pasta es la pasta) hasta llegar al insulto, pero claro, según Platón el insulto degrada a quien lo profiere y enaltece a quien lo recibe (eso no parecen saberlo). En este experimento social devenido en suceso de tragedia universal se vio la auténtica calaña de la mayoría de la prensa y de bastantes secuaces que secundaron la mentira a cambio de unas monedas.

Y aún nos falta por tratar el dichoso fútbol y sus polémicas. Para empezar entraremos en el  inevitable
tema de los muy reales escándalos arbitrales, como otra expresión más y mayor de la mierda circundante que ya casi nos entierra. Los árbitros se han confabulado para defender la dignidad y la honradez de su colectivo, pero sobre todo para proteger y resguardar sus privilegios y generosos emolumentos alcanzados con trampas y engañifas, bien mangoneados de otra parte por esta sociedad asquerosa a la que también ellos pertenecen y contribuyen a su pestilente naturaleza. Qué peste.  
Esos escándalos arbitrales que como hienas malheridas o al olor de caza ajena tratan de tapar todas las falsedades cuesten cuanto cuesten, o esa facilidad conferida por las autoridades pertinentes para trocar y manipular lances, amonestaciones, tarjetas u otras vicisitudes propias del juego. Véase la línea argumental del asunto. Si alguien se queja a un árbitro (con razón mayor o no tanta, da igual) de haber sido pisado en  un pie, el árbitro de turno va y alega culpando al pisado que fue éste quien puso su pie bajo el pie del pisador y además con la mala intención de pretender fingir y burlar su autoridad, vaya a ser. 
      
Quien esto escribe algo entiende de fútbol y admite que ese club ya conocido de todos por ventajista y tramposo también alcanzó grandes y justas victorias porque en sus filas militaba un prodigio de futbolista. Pero así y todo en el colmo de lo burdo y sin asomo de un mínimo de lucidez lo que estos zumbados mamarrachos han conseguido y siguen en ello es manchar la brillante y -casi- impoluta trayectoria de este genio llamado Messi (yo también, muy alejado como estoy por higiene mental de ese club fantoche, le reconozco el portentoso mérito de ser el mejor futbolista de la historia). Haber tenido adscrito a este mítico jugador en las filas de este equipo me costará digerirlo, pero lo entiendo también -después de todo- como un lance inteligente por parte de esta institución de enfermos, aunque en su muy limitada inteligencia en no pocas veces a punto anduvieron de ensuciar sin remedio la figura de esta celebridad y echar por la borda las justas bondades ganadas por tal prodigio, muy bien venidas por cierto para mejorar la paranoica y mediocre historia de un club siempre segundón.

En cuanto a la última maravilla deportiva, esto es el fútbol femenino, vemos que se 'empoderan' haciendo ridículo tras ridículo. No paran de darnos sobresaltos, uno tras otro, sin respirar ellas ni dejarnos respirar a quienes las seguimos un ratín (mientras las aguantemos), dado lo cual hemos de concluir una vez más que a estas muchachas no les falta un hervor, les faltan muchos hervores y en caldera de matanza. Son ya varias las ocasiones donde quedan con el culo al aire, para más escarnio de esas tan reivindicativas jugadoras, pidiendo cobrar -qué osado horror- al nivel de Messi o Cristiano Ronaldo  (como si ellas generaran ingresos remotamente comparables a los de este par de jugadores), en tanto al Vilda -so machista o a saber qué- se lo llevan de lucero precisamente a Marruecos. Al presidente de la RFEF ya habrían de haberlo largado hace tiempo, mucho antes del tan irracional y sin sentido ni consentido affaire del ósculo del culo. Pues no, van y lo hacen ahora en una patética ceremonia de caza de brujas y traicionado por los 'pogresistas' que lo ascendieron al cielo y lo contuvieron ahí arriba contra viento y marea en la tierra de aquí abajo. Pero qué peste, señor, qué peste.

Irrupción de los indeseables en la sociedad coprófaga

Y llega el emético turno de estos indeseables y patéticos supremacistas de la deplorable Catalunya (no sé muy bien qué se verán aparte de la mierda expelida, aunque con muchos euros atracados, claro). Si por algo destaca este lugar es por el elevado número de enajenados mentales donde sobresalen historiadores capaces de retorcer la Historia y convertirla en risible al darle cuna al mismo Shakespeare en Mollerusa y a Santa Teresa meterla de centrodelantera del F.C.Barcelona femenino. No sigo porque la risa puede provocarme tendinitis hasta en las orejas. 
Claman por otra parte en busca de apoyos internacionales ridículos y contranatura para enmascarar su perfil de auténticos racistas excluyentes, convencidos de ser raza superior (no se sabe a cuál debieran pertenecer de tan alta alcurnia), cuyo objeto es enjabonar y blanquear su integrismo supremacista con un victimismo que ni los integristas prosarracenos de los angelicos de Hamás mejorarían en dramaturgia. Me producen vómitos y a la intelectualidad que los comprende y sustenta, tal vez por no ofender a alguno de los  descarriados aún capaces de aportarme algo  interesante en la vida, les conminaría a hacer una honda reflexión sobre si saben a dónde nos están llevando con su descarriado voto. Para rematar la devastación democrática, la amnistía ha venido a significar  como una bomba dispuesta en la sala de estar de la España pacífica, con la sombría consecuencia de un inconmensurable deterioro de la libertad y por ende de la democracia en general.

Sinceramente, empiezo a pensar y sentir que lo más saludable sería largar a estos indeseables de nuestras vidas y cuanto más lejos mejor. Todos perderemos pero ellos mucho más y si lo dudan pueden probarlo, a ver cuánto resisten sin rendirse a sus opresores. De verdad, me conocéis y sabéis de mis ideas, pero creo que la salud mental de los más normales nos exige alejarnos de esta peste. Que se vayan de una puta vez. Que se vayan. No sé si serviría de mucho porque llegado el caso nos vendrían con la cantinela del "no nos quieren". Son inaguantables, por Dios. Y ojo, tomad nota los que seguís votando con la fatua excusa del mal menor a quienes favorecen esta sinrazón con sus políticas falsarias, pues lo que menos les importa es la ciudadanía. Echémoslos. 
Lo siento porque a más de la mitad de los catalanes yo no los quisiera fuera de mi vida, pero los avecindados de inestable azotea ya han hecho del sitio donde pisan un lugar irrespirable. En cuanto a mí, ha llegado la hora de replantearme la existencia en el más amplio sentido de la misma, sin verme obligado a tener cerca  a estos descerebrados y que ni huelan céntimos de euro de mis impuestos (cuantiosos en número y algunos duplicados, corregidos y aumentados), los cuales por otra parte no son impuestos, son atracos constitutivos de una avariciosa sobrecarga recaudadora. Saqueadores para enorgullecerse con ellos el mismísimo Alí Babá. Qué asco.

Tómese el agua como ejemplo inicial de esa desfachatez impositiva. El precio ha subido como la espuma en una lavadora sin ropa y con tres botellas de jabón de Marsella. Se ha disparado tanto como para tomar la calle y levantarnos contra atracos tan descarados. Pero no ha acabado ahí el atropello y en el detalle de la factura denominado “reciclaje de residuos” nos han colado una duplicidad de conceptos, siendo al principio uno solo y a secas, “reciclaje de residuos” donde se incluía el amplio espectro conceptual del asunto, para ahora añadirle ese otro concepto de “reciclaje interior” (tratamiento de residuos interiores, dado por comprendido -supongo- en las facturas precedentes) al que asignan una cantidad casi idéntica a la que venía en las antiguas facturas por un único concepto de reciclaje, o sea, han duplicado el tema por su jeta de granito puro.
Otro impuesto que clama al cielo en la gloriosa Catalunya es un impuesto -por la jeró- de matiz ecológico o medioambiental (mejor lo nombraremos impuesto del CO2 a los coches), cuyo montante oscila entre 20 y más de 100 € al año. Constituye un auténtico atraco sacado de la chistera del pago de favores y perpetrado a través de “su” Agencia Tributaria particular, cobrado aparte por tal Agencia para gloria y premio guarro del gobierno del muy honorable baboso que a noviembre del 2023 regía los destinos de este pueblo con demasiadas cabezas cual azoteas agrietadas y con goteras.

Para ir finalizando el pérfido perfil de esta sociedad coprófaga y en un alarde de erudición tan presunta como presuntuosa, trataré de determinar con detalle una novedosa locución psicopatológica de mi cosecha a la que he denominado "el efecto borreguil" y de la cual espero sea acuñada en los términos exactos aquí expresados, señalando como autor a quien esto suscribe. Pues bien, tal locución cosiste en que cuando el verraco jefe de la manada berrea una proclama el resto de los puercos de la piara la repiten acompañándose de una cantinela muy parecida a la utilizada tiempo ha, cuando aprendíamos la tabla de multiplicar. Algunos de estos cantores de la proclama están pagados e incluso muy bien pagados para lo que hacen, en cuyo caso la asistencia al coro está muy justificada, pero el resto, la inmensa mayoría lo hacen única y exclusivamente por el gusto cantor de expandir gratis su borreguil condición 'pogresista'.
Otro suceso en esta línea borreguil volvió a ocurrir en Montjuic el 28-10-23, cuando tuvo lugar el clásico o como lo llamen. Terreno virgen de puta madre, plátano en mano y aspavientos de macaco. Dónde si no, vivero de lo Negreira, oscureira, marraneira y los bobos (auténticos o postizos, que de todo hay) ni se enteiran.
Lean y tomen muy en serio este escrito. Cuando el efecto borreguil se masca, bien en unas gradas de campo de fútbol, bien en un programa de radio y/o televisión o discutiendo con el vecino y alguien del rebaño dice beeeeh, detrás aparecerán miles y hasta millones de beeeeh’s con el consecuente resultado de haberle roto a Vinicius o a cualquier otro una rodilla e incluso matarlo y acusarlo a él de provocador por tener rodilla, qué morro, o hasta de tener la osadía de vivir.

Y detrás de todo esto no está el acusado como víctima protagonista, sino aquéllos siempre ofendiditos aún después de haberse gastado millones de € para untar a árbitros, con el fin de amañar la competición o quizá solamente para que los del silbato vayan bien vestiditos por la vida. Qué gusto y cuánta donosura por parte de esa asociación futbolera infectada de majaras con simples hechuras al mando de un algoritmo del tipo "más que un club" (o tal vez ni eso ) y no de una entidad deportiva. Por supuesto, no se extrañe nadie de ver cómo puede llegar a ocurrir esto con mayor virulencia allí donde probablemente tengamos entre nosotros el manicomio a cielo abierto más grande de Europa, el predio y vivero de lo Negreira. Estamos a un tris de caer en unos extremos con el peligro cierto de suceder algo muy grave y en aplicación del efecto borreguil valdrá la excusa de no matar al mensajero que incitó al espectador más simio a berrear el primer beeeeeh y otros subterfugios evasivos  que en verdad ya fieden.
En una sociedad así, unos más y otros no tanto, nos tocará ser partícipes obligados del banquete de la mierda, pues aunque nos rebelemos alguna nos tocará tragar. Sin embargo algunos no la probarán con cuentagotas, sino que se la tragarán a espuertas, pregonarán su dicha y privilegiada vida a los cuatro, cinco o seis vientos y para remate volverán dichosos a votar en insufribles elecciones que estos comemierdas (los que no cobran de un partido pero lo votan en lugar de botarlo) han instituido y plantado en nuestras vidas como la más indigesta de las repúblicas bananeras, con capital en cuídate de su mierda, si puedes. 

¿Y si fuera cierto que tanto Catalunya como el País Vasco no pudieran pagar sus pensiones sin la solidaridad mancomunada por ley del resto de regiones españolas?. Y si eso fuera verdad, ¿dónde queda esa solidaridad y empatía con quienes nos ha tocado la china de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado?. No sé si me podré creer que se nos haya querido algo, alguna vez. Lo dudo.
Como colofón de este escrito les hablaré sobre los desastres de películas, series, programas televisivos o de plataformas diversas que ya no divierten ni a las ovejas. El "woquismo" puro y duro como la mierda del estreñido. Se dirá y con razón que lo mío son planteamientos de viejo caduco o cuando menos pureta. Pues sí  y me alegro porque con esta actitud estoy pasando a buen recaudo las ganas de seguir viviendo en un mundo de inmensa mediocridad, tanta como para superar con creces el muladar de  mierda generado por esta sociedad ya coprófaga que dejaré atrás con mi muerte. Bendita muerte.

FIN


12 marzo 2024

(₸X) Erótica y poder


Juego de conceptos

Desde el punto de vista de la Psicolingüística (ciencia por cierto que han prestigiado investigadores como el ruso Vigotsky o el norteamericano “rojo” N. Chomsky, entre otros), ¿qué significación encierra el sintagma “erótica del poder”?. Para esclarecerlo deberán someterse a disección semántica los monemas ERÓTICA y PODER.

Según los diccionarios al uso, erótico es lo concerniente al amor, pasión amatoria, amor sensual exacerbado y otras nociones que de momento no aclaran nada. El poder es dominio, fuerza, vigor, posesión, facultad para mandar o ejecutar una acción. Como se ve, la concomitancia entre los términos empieza a asomar. En cuanto al poder específicamente político diríase que es la potestad rectora y coactiva de la sociedad convencional, la cual es la única que se beneficia del monopolio de la fuerza armada para, en última instancia, imponer su autoridad en aras del bien común ¿…?. Por tal se forma parte de ella de oficio, es decir, se quiera o no. En definitiva, poder es fuerza para obligar y lleva implícito otro concepto no detallado hasta hora, la autoridad, que es el derecho y legitimización para ejercer el poder. 
Hay dos vías para acceder al poder: el dinero o la política. La primera exige esfuerzo personal, capacidad para invertir y evaluar el riesgo (que siempre lo hay), inteligencia y méritos; todo ello al margen de la política, si bien ya se sabe que ambos poderes tienden a entrecruzarse, a confluir, a buscarse y colaborar en intereses más o menos (más bien menos) transparentes. Para acceder al poder por la segunda vía puede que en algunos también haya méritos y hasta ejercicio de la inteligencia (lo que más abunda en esta casta son los listillos), aunque por lo general es una senda mucho más fácil y sin apenas riesgos para el aspirante (no suele apostar con su dinero). Basta morro, muchísimo morro, un morro con callos y a prueba de guindilla picante “restregáaa”. Ya me dirán qué otros méritos atesora ese virrey amontillado (que fue) de un “taifato” del N.E. de la península ibérica, con independencia de ser más o menos estudiado, que esto me trae sin cuidado y además entiendo lo de la igualdad de oportunidades (merecidas, en todo caso). 

A partir de aquí, la imagen que de los políticos dimane del presente artículo podrá suscitar contrariedad o hasta radical rechazo en algunos. Pues bien, en ciertos temas no suelo rehuir la batalla dialéctica y me encantaría guerrear con algún interlocutor defensor de políticos. Quisiera saber sus razones. Nada, por hablar sólo. Pero ahora tan sólo se trata de exponer un humilde análisis psicosociológico, con ese puntito de ironía imprescindible para mantener la cordura (ya se sabe, la ironía previene contra la ira), puesto que los tiempos que corren y los consuetudinarios eventos que traen consigo lo merecen y hasta lo exigen. Insisto, cuestión de higiene mental. En cualquier caso, quien a mal tome lo que lea considere que tiene un problema muy suyo. Quizá deba revisar como poco su grado de tolerancia, cuando no otros aspectos de su personal dotación. 

La profesión política 

En la sociedad política se integran dos categorías de individuos. Unos son los profesionales más o menos declarados, gobernantes que sostienen el poder y contragobernantes u oposición manifiesta, que aspiran al poder. Otros, los gobernados, quienes las más de las veces sufren el poder. Obviamente son los primeros el objeto de este análisis. ¿Qué son los políticos?. ¿Quiénes son?. ¿Qué características y atractivos tiene el poder que algunos de cuantos lo ejercen no lo sueltan ni “sodomizados”?. Sí, nos dicen que es muy sacrificado pero, visto el escaso estoicismo de la clase política, uno duda que sea carga tan pesada. 

Todo individuo tiende a intentar alcanzar su propia “perfección” y el motor es el combate interior entre un deseo de dominio y un sentimiento de inferioridad. En el centro estará el equilibrio. A la sed adquirida (no tanto innata) de honores, de consideración, de dinero, de seducción, de logros intelectuales o físicos (“necesidad de logro” para Mc Clelland), de calidad de vida en última instancia; se oponen la mediocridad, el sueldo magro, las decepciones del sexo, etc. Y la posesión del poder permite satisfacer muchas de aquellas ambiciones y soterrar otros tantos de estos últimos conflictos convertidos en complejos. Nada mejor que subirse al carro de un poder que obliga e impone para satisfacer frustraciones que se sienten irresolubles desde la individualidad y la auténtica autosuficiencia. Y aquí entra en juego la ley de las compensaciones. Un mediocre abogado o un médico torpe pueden llegar a ser excelentes políticos, del mismo modo que un hombre “pelele” en casa tal vez ejerza de temido comandante en el cuartel. Soy consciente que cada cual es lo que es, en función sobre todo de fallas en la propia personalidad, susceptibles de ser compensadas o sublimadas. No es para que se interprete literalmente -por favor-, pero de alguna forma el arquitecto lo es porque teme morir aplastado por un edificio mal construido, el endocrinólogo por pánico a la obesidad y/o a la seborrea, al psicólogo lo hacen sus complejos (se sorprenderían …), etc. Otros, en fin, son lo que les dejan ser. 

¿Qué son pues los políticos?. Cuando menos pretenciosos. Puede pensarse que éste es un oficio neutro, pero no. En este oficio el aspirante se arroga (legitimado como mal menor en las urnas) la capacidad de dirigir, cuando no de mangonear a la colectividad. ¡Como si todos fueran capaces!. Dicen los psicofisiólogos que los políticos tienen un nivel muy alto del neurotransmisor llamado “serotonina” y, aunque desconozco a día de hoy la relación causa-efecto entre las variables en juego (no sé si la “serotonina” hace al político, o es el político quien desboca la síntesis de “serotonina”); es por ello -si acepta el lector la broma- que veo la profesión política un tanto delirante y “de alucine”. Algunos se caracterizan por un marcado narcisismo, otros son avaros, mesiánicos, redentoristas, los hay que buscan gloria y boato, o bien bombo y resonancia para unas ideas decimonónicas que hieren la más elemental lógica de supervivencia (algún día escribiré tanto de nacionalismos, como de imperialismos). En fin, políticos son aquéllos que tienen algo muy particular o quizá mucho que olvidar, compensar o sublimar. Téngase en cuenta que un significativo número de ellos aprovechan las prebendas del poder para obtener adulación, riqueza, prestigio, etc; en definitiva, la satisfacción de un “ego” que otros han obtenido a través de su lucha personal, orgullo y carisma propios, osea, sin ayudas del poder. Desde este punto de vista, es más ejemplar el estatus de un Sabina -por ejemplo y que no cunda- alcanzado por sus medios, genio y paciencia, que no el de Sr. Número Tres del Partido, así sea el estatus de éste “servidor público” siete veces superior. 

Por supuesto que no todos los políticos son iguales, ni todos se dedican a la política por torcidas intenciones. Cierto. Pero considérese que el poder es siempre investido y quien a él aspira, tanto por lo que el poder significa, como por la utilización que de él se hace, es de por sí extraño y no siempre (o casi nunca) de limpios propósitos. Otra constatación: claro, llegan arriba los más capacitados, pero sólo de los que aspiran, entre los cuales no es frecuente encontrar a los más inteligentes de una sociedad (recuerden lo del abogado transmutado ahora en político). En este contexto la palabra capacitado debe entenderse como ambicioso, frío, calculador, constante, de astucia filopsicopática (que es inteligencia pero unidireccional y perversa) y sobremanera cínico, muy cínico. Creo que el cinismo es la palabra que destaca y mejor define a gran número de políticos, el cual parece inmunizarles contra la crítica y anestesiarles contra la autocrítica, de modo que pasan (y algunos hasta se lo creen) por “servidores públicos” competentes, cuando de lo único que sí parecen capaces es de llevar a la ruina integral (moral y económica) a la comunidad donde gobiernen, con tal que a ellos no les muevan la silla de mando. Cinismo que escalofría como una navaja barbera en manos de un fígaro convulso, y del que resulta un incomparable espécimen ese “renegado cordobés amontillado de estómago cortés”. Convénzanse, en el haber cultural de algunos no encontrarán nada más allá de esa maquiavélica sentencia de... “el fin justifica y tal y tal...“, que tan bien han aprendido (a eso llegan) y que ejecutan con la frialdad de un témpano en plena glaciación. Por otra parte, si alguien de los que acceden a lo más alto de la cadena de mando tiene un cierto mérito, éstos son los líderes; a la sombra de los cuales crecen otros no siempre capaces y a los que sólo la inercia de las masas, su apatía e ignorancia, su irracional y necia reverencia por los políticos, aúpan a un poder que luego éstos pueden desacreditar con decisiones a todas luces de una incompetencia supina. Pues no hay ejemplos…, para quien quiera verlos. 

La erótica 

Ahora bien, como ya quedó apuntado, todo es válido y legítimo mientras no se olvide la pretensión del buen gobierno, en equilibrio ajustado entre lo que se es, y a lo que uno se debe (a una comunidad plural, sí, plural). Es decir, todo depende de cómo se ejerzan las diferentes funciones que en la sociedad están establecidas. Pues los hay que cuando colman sus aspiraciones personales se olvidan de gobernar si ello no les reporta beneficio. Y como políticos, tanto más mediocres serán cuanto más conformistas, ya que el poder es por definición no tener a nadie por encima de ti. Y ojo con los instalados que traducen a su antojo y conveniencia las aspiraciones de los militantes y el pueblo llano. Ellos son el verdadero peligro para la democracia. Cuando se pierde la honestidad intelectual más o menos brillante, y cuando se producen abusos o escándalos se pone en peligro la democracia. Aquí ha podido estar en peligro, pero no tanto por el terrorismo o las huelgas y movilizaciones, sino por un rosario de sangrantes y continuadas corruptelas que ofenden hasta la más elemental de las inteligencias. Sin embargo, cuando correspondan elecciones o ellos decidan convocarlas, en nuestras manos está aplicarles el severo correctivo de la abstención masiva, verán cómo tiemblan. Por fortuna, el ruido de sables (ante el que serían los primeros en abandonar el barco cual ratas en un naufragio) parece haber quedado ya muy lejos, aunque el espanto los paralizaría de igual modo, “por si acaso”. No, si la situación no pinta muy fea, irse no se irán, pues con la excusa de que quien no vota es porque no quiere se justifican y echan balones fuera, aferrándose al poder con las garras tan afiladas como las del buitre que ha olfateado carroña. Y háganlo antes que desmantelen el estado, pues uno sospecha que ciertos políticos podrían estar ya embalando hasta los muebles de propiedad pública para llevárselos. 

Si se da un paso más en la clarificación de la inicial concomitancia entre los términos en estudio, habrá de señalarse que la relación entre uno y otro estriba en la utilización de la política para satisfacción de un “ego” claramente inflado de una presunción y narcisismo, con frecuencia fuera de lo racional. A pesar de lo expuesto, algún lector habrá que exija mayor concreción en cuanto a la erótica. Pregunto: ¿quién, siendo octogenario y fuera de las medias o altas esferas del poder político y/o económico puede gozar de hembras tan rollizas como las que algunos de ellos lucen?. ¿Acaso algún socialista habría soñado nunca requebrar a nietas del mismísimo General (o, según para quién, del mismo Generalísimo)?. Que nadie se engañe, los poderosos lo tienen mucho más fácil para fornicar y lujuriar con sutilezas e instrumentos varios. En el caso del político porque, aparte de poder salir de la hambruna o directamente “forrarse” con su "altruista" oficio, además legisla y marca el camino a los otros ricos de los que muy pocas veces no saca sucio provecho. También son los sujetos que suscitan adulación, reverencia y mito en babosos (y babosas) y mamones (y mamonas), tan proclives ellos (y ellas) a la adoración por fe (¡qué necios!) o por cinismo puro. Incluso estas escaramuzas, con el sexo de por medio y como actor principal, se utilizan para medrar y ascender puestos en el escalafón, lo que convierte a los vocablos “mamones” y “mamonas” en nada banales y sí cargados de significación tan connotativa como literal. Yo mismo en su momento estuve tentado de seguir la carrera política por estas indudables ventajas, pero me dí cuenta que exigía una excepcional fortaleza orgánica y visceral, de tal manera que por dejar cadáveres (reales, en ciertos casos) a lo largo del trayecto no habrías ni de inmutarte. Y para esto ni estaba ni estoy preparado. En fin, el poder es una especie de nirvana a la que unos llegan por esfuerzo y méritos propios, en tanto que otros lo hacen a través de una senda segura y sin riesgos personales, porque se juega con dinero ajeno y además se cuenta con la adulación fácil que la autoridad comporta. ¿Hay o no erótica en el poder?. ¡Hala!, y a seguir prosperando que si los de arriba se las benefician los de abajo no catamos. 


El Diantre Malaquías 


07 marzo 2024

(₸X) Un enfoque psicológico de la sexualidad


La función sexual 

Sin duda, los primitivos pobladores de la Tierra no debían estar al corriente de los designios de Dios sobre la preservación de las especies. Con mentalidad científica, en el proceso de aproximación y maduración sexual del ser humano se intuyen fácilmente otros móviles. Debió ocurrir que una fuerte atracción entre seres en principio de distinto sexo (sin duda instintivo, heredable y susceptible de ser mejorado, tanto filogenética como ontogenéticamente) serviría de activador al proceso de “aproximaciones sucesivas” o “ensayo-error”. Por aproximaciones sucesivas al foco de placer, cada vez más certeras y gratificantes, debió llegarse al conocimiento del punto álgido de descongestión y satisfacción sexual a través del coito, que sin ningún género de dudas prometiéronse no dejar de buscar nunca más. El placer suele ser el mejor refuerzo y vehículo del saber. En lugar de la letra con sangre entra, la letra con risa entra mucho mejor. En las primeras relaciones sexuales hubo de primar más la satisfacción de una auténtica necesidad, que la procreación y la perpetuación de la especie. La toma de conciencia de esta última motivación, en principio vegetativa e intrínseca, por tanto inconsciente; es posterior y llegará con la abstracción, la racionalización y la expresión fenomenológica del hecho innato. Se sienta así la premisa que la sexualidad es instintiva y, con el tiempo, doblemente hedonista. ¿O es que acaso el saberse “perpetuado” no es otra forma, en ocasiones hasta retorcida, de placer?.

Sucede, no obstante, que por exigencias sociales más o menos razonables o principios religiosos entelarañados, se ha dado con frecuencia una perspectiva distorsionada de la sexualidad. El enfoque religioso ha sido y es especialmente manipulador. Su objeto es controlar represivamente uno de los principales factores de liberación, cual es el sexo lúdico que, junto al librepensamiento, han sido siempre los mayores enemigos declarados de las religiones. En la prohibición de la contracepción no hay más lógica que la supervivencia de estas multinacionales de la redención (hay otras no religiosas pero igual de dañinas que también lo son). Superpoblar la Tierra más allá del alcance de sus riquezas derivará en más injusticias, más desheredados, más hambrientos y, en definitiva, más carne a redimir y el subsiguiente aumento de la clientela a la que salvar. Por otra parte, a más reprimidos sexuales, más devotos de lo que sea. Está bien pensado. Pero también la sociedad nos atosiga por narices, ojos, oídos y cerebro entero con románticos valores “universales”. Tal el caso del amor colorista y por entregas, o el sentido “mágico” de la pareja (y tanto, porque el que puedan pagar la hipoteca entre los dos ya es pura magia), entre otros. 

Disfunciones sexuales 

Antes de entrar en el campo del discernimiento entre lo normal y desviado es conveniente fijar responsabilidades. Las conductas sexuales llamadas desviadas, o son producto de impuestas disfunciones morfofisiológicas (con escasa significación estadística), o bien son los prejuicios culturales (mejor, inculturados y que se irán pergeñando) los generadores básicos, no ya de desviaciones inevitables, sino también de las mayores perversiones y aberraciones. 

Por fortuna para el sentido de tolerancia no hay un solo criterio de normalidad, sino varios. En nuestra cultura, y según un criterio llamémosle “socio-estadístico”, podría considerarse disfunción cualquier comportamiento sexual que excluya el placer por coito, canalizado éste -además- a través de una pareja relativamente estable y con apariencia de fidelidad. Porque, ¿acaso no se juzga y se sentencia (de forma particularmente cruel a la mujer) por una infidelidad hecha pública?. Sin embargo, definir un criterio de normalidad cualitativo y transcultural más equilibrado es complejo y necesitará de matices muy específicos. A ello voy. 

Sobre la pareja, ya se sabe que es una herencia de ancestros, la cual sin duda ha mostrado las suficientes bondades en el proceso adaptativo y perpetuador, pero no es un valor en sí misma. ¿O es que una pareja desequilibrada no es al menos tan peligrosa como el engendro marginal que pueda legarnos?. Una frígida por vaginismo podrá canalizar su sexualidad por vías que no le resulten traumáticas, aunque no sean las socialmente aceptadas, y no por eso su relación será más perversa que la de una pareja formal pero malsana. Las apariencias salvarán el honor social pero no la corrupción psíquica del núcleo relacional. Con perspectiva psicológica, podrán reprocharse las condiciones en las que se ha criado un homosexual o un afectado de impotencia por etiología psicológica, pero no tenemos derecho a juzgar y sancionar sus conductas de adulto cuando viven su estado en equilibrio personal y relacional; esto es -entre otras cosas- sin hacer daño a nadie. Después de todo, ellos no son los principales responsables de su situación. Tras la que sería una interminable lista de “desviaciones” y perversiones laten serios conflictos afectivos y de relación. Hipócritas de doble vida y doble moral que desconciertan la razón de sus hijos. Padres que por sus lacras (brutales, dominantes hasta el aniquilamiento de la personalidad del otro, ambivalentes, neuróticamente superprotectores, posesivos, con visión culpabilizadora de la sexualidad, etc.) son desquiciantes modelos. Hay tras todo ello, en última instancia, una total ausencia de formación e información, una inexistente o desenfocada educación sexual, un medio familiar coercitivo e impositor hasta el despotismo y, en casi todos los casos, una feroz represión sexual.

La necesidad de educación sexual 

Sé que resaltar el papel de la educación sexual es contribuir a su mitificación (nadie se cuestiona ni se ruboriza sobre la necesidad de educación viaria), pero dado que pesa sobre este tema una fuerte visión tabú retorcida y/o necia es preciso hacerlo. ¿Y cuándo debe comenzar?. Desde el primer aliento debe favorecerse en el niño el conocimiento natural (en función de su curiosidad) de la naturaleza de los sexos, la aceptación del propio con sentido de realidad y el respeto por el ajeno. En primer término señalaría que la sensualidad en las relaciones entre padres e hijos es un placer limpio, absolutamente legítimo y deseable (contactos cutáneos, amamantamiento, calor, etc.). Sexualidad no es sólo genitalidad, es además genitalidad, pero descubrir los genitales, explorarlos de forma congruente y sin represiones cuando la curiosidad lo demande, notar su utilidad y gozo llegado el momento, etc. ; sexualizará sin traumas. Y cuanto más definida tenga su sexualidad un ser, menos manipulable será, condición especialmente útil para las mujeres a las que por la sexualidad se las ha tenido en situaciones de inferioridad, y entiéndase esto sin caer en memeces de insustanciales “igualdades”, pues no somos iguales ni falta que hace. Debe evitarse asociar órganos genitales a suciedad o impureza, pues si bien se encuentran próximos a ciertas vías expurgatorias, no lo son más que otra descuidada parte del cuerpo. Unas y otras cumplen además funciones muy saludables. La educación sexual consistirá sobre todo en dar elementos de respuesta a la precoz curiosidad de los niños. Los órganos deben nombrarse justamente cuando dicha curiosidad lo exija (pene, vagina, etc.), pues la verbalización lleva al conocimiento y dominio. Incluso, y si viene a cuento pues tampoco se trata de discursear cual loros listillos, han de integrarse las acepciones más coloquiales y vulgares y los diferentes ámbitos y circunstancias en los que se emplean o pueden ser empleadas. A ciertas partes de los genitales femeninos como la vulva, los labios mayores y menores, etc.; también se les llama “coño” o “chichi”, por ejemplo. O debe explicársele cuando la coyuntura lo requiera que la expresión “hacer el amor” tiene el correspondiente vocablo, coloquial más que vulgar, en “follar” (entre otras muchas), término éste polisémico y connotativo donde los haya que posteriormente podrá ser utilizado de diferentes formas, con diferentes intenciones y en diferentes contextos (por ejemplo, su uso como componente mórbido en las relaciones íntimas, o el despectivo “que te folle un pez”, etc). Todo esto el niño también debe saberlo de casa y no de la calle . Un discurso ambiguo, embrollado, contradictorio o siempre vulgarizado sobre el sexo desconcierta a los niños que no ignoran la importancia vital del tema, se sienten engañados y es entonces cuando empiezan a percibir el sexo con una gran carga tabú que a toda costa debe evitarse. Sin embargo tampoco es conveniente suprimir del todo la “carga tabú”, pues ésta envuelve el hecho de un cierto halo de misterio y morbo siempre muy deseable en las relaciones sexuales, pero de lo que en cualquier caso y en cualquier momento podamos hablar sin sonrojarnos más que un infernillo de antaño. Cuando a un niño se le responde de manera relajada y precisa nunca tendrá sentido de culpa y comprenderá que su curiosidad era legítima. Se evitará así también en gran medida desperdigar por el mundo a esa lacra de degenerados que lo son precisamente por no haberse seguido este tipo de pautas en su educación en general, la cual incluye la sexual. Y si las preguntas superan los conocimientos de los interrogados es antes más conveniente confesar la ignorancia que distorsionar o rehuir el discurso. ¿Por qué no hablar de sexo como de semáforos, o casi?. 

La educación sexual debe tener también un sitio en la escuela. Ésta debe reforzar el lenguaje adecuado y hacerlo común. Ella es la más indicada para dar una visión socio-cultural del incesto. Las clases mixtas, cargadas de tolerancia entre sexos y personas de opinión diferente (sin caer por mor de la falsa “igualdad” en el actual sexismo fantoche, de una estulticia a la que no se le conocen límites) fomentan enormemente una equilibrada educación sexual. Igualmente la existencia de monitores de ambos sexos, con visión complementaria e incluso contradictoria del problema son polos de identificación muy útiles. En las condiciones anteriores los niños aceptarán su cuerpo, su sexo, vivirán de acuerdo con él, respetarán el otro, no encontrarán en el placer culpa, etc. En definitiva, sentirán un gran equilibrio interior y un nivel de madurez integral propio de su edad, por supuesto, pero en verdad envidiable. ¿No es eso maravilloso? . 

Fin 
El mundo según el Diantre Malaquías